Las amenazas a la libertad que predijo Aldous Huxley

Las amenazas a la libertad que predijo Aldous Huxley hace más de seis décadas

La democracia depende de la decisión inteligente y racional de cada persona según su libre criterio y su propio interés. Esta forma de entender la sociedad tiene enemigos. No se trata de gente perversa que intencionalmente quiere cohibir la autonomía de los demás, sino de situaciones que la limitan, como el incremento de la población, la burocratización y los avances tecnológicos.

Esto lo predijo el escritor inglés Aldous Huxley en un diálogo con el periodista norteamericano Mike Wallace el 18 de mayo de 1958. El entrevistado explicó que el deseo de poder es natural en los seres humanos. El sistema democrático supone que es peligroso que una sola persona o un grupo de privilegiados controlen la sociedad durante largo tiempo y por eso busca restringir el dominio de unos cuantos sobre los demás. 

Sin embargo, desde ese entonces Huxley advirtió situaciones que alentarían la excesiva concentración del poder. La primera, según él, es la sobrepoblación, que gasta abundantes recursos y provoca escasez, hambre y pobreza, más que todo en países con menor desarrollo. Esto hace que el gobierno asuma mayores cargas, pero su injerencia puede causar molestia en la sociedad y entonces el Estado debe actuar con vehemencia para conservar su autoridad. La sentencia del escritor al respecto es contundente: “Veo aquí un patrón que pareciera impulsar muy fuertemente hacia un régimen totalitario”. 

La segunda circunstancia que amenaza la libertad es, para Huxley, la exagerada burocracia de los sistemas político y económico. Esto en parte es consecuencia del incremento demográfico y hace que las personas vivan sometidas a las reglas de organizaciones comerciales o gubernamentales. En una democracia, aquello significa un riesgo porque desvanece la individualidad y la capacidad de decisión de los electores. 

Ese contexto de sobrepoblación y burocracia contiene un tercer componente que favorece la concentración del poder y la restricción de la libertad. Se trata de la tecnología, concretamente del abuso de dispositivos que facilitan la comunicación. Un ejemplo es la manera como Hitler utilizó la radio para persuadir a las masas. Otro caso es el de países con gobiernos autoritarios que usan la televisión para distraer permanentemente a las audiencias o para influir en sus pensamientos con mensajes reiterativos. 

Para Huxley, los métodos de propaganda se perfeccionarán cada vez más y serán útiles para sofisticadas dictaduras. La concentración del poder, según su predicción, se logrará “evitando el lado racional del hombre y apelando a su subconsciente y sus emociones más profundas”. Los publicistas convencerán a los electores de votar por personas que parecen amables pero que no son idóneas para depositar en ellas la confianza pública. El peligro es que los oprimidos aceptarán su sumisión, hallarán felicitad en la desgracia y amarán su esclavitud.

 

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