La invención del desarrollo, un antídoto contra el comunismo
La relación entre países ricos y pobres ha sido igual a la de adultos maduros con chiquillos desorientados. Las potencias del mundo asumieron la tarea de impulsar democracias, proyectos sociales y la economía en regiones con abundantes materias primas, pero escasas industrias y tecnologías. El discurso del desarrollo se convirtió en una forma disimulada y sofisticada de ejercer control.