Un fracaso urbanístico llamado 'Pruitt-Igoe'
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Estados Unidos guarda en su historia un evidente fracaso urbanístico. Ocurrió en San Luis, en el estado de Misuri, después de que entró en vigencia la Ley de Vivienda de 1949, que buscaba eliminar los suburbios. Esta norma facultó al gobierno para construir 810.000 casas y arrendarlas a habitantes de tugurios y a militares retirados. En ese entonces, los empresarios y las autoridades de San Luis veían con temor que personas de bajos recursos estaban llegando a vivir en el corazón de la ciudad. Para sacarlos de allí, echaron mano de la nueva ley, compraron lotes en barrios bajos y levantaron 33 edificios de once pisos cada uno. En total eran 2.700 apartamentos construidos con insumos baratos, al menor costo posible, para albergar a 15.000 arrendatarios. El proyecto se llamó Pruitt-Igoe. Su construcción se completó en 1954 y fue destacado en su momento en revistas especializadas de arquitectura como un buen ejemplo para ofrecer vivienda a gran altura. Los primeros inquilinos parecían darles la razón. Ellos se veían felices en sus nuevos apartamentos porque, pese a que los materiales no eran de la mejor calidad, al menos se veían más cómodos que las precarias casas donde vivían antes.
Pero la satisfacción no duró mucho y a los cuatro años, en 1958, Pruitt-Igoe empezó aquedarse solo. Las autoridades no tuvieron en cuenta que el proyecto podría volverse difícil de sostener. El plan estaba diseñado para cubrir los gastos de los edificios con el pago de arrendamientos, pero la población que se fue a vivir allí era casi toda desempleada. En poco tiempo el conjunto de edificios quedó habitado en su mayoría por mujeres cabezas de hogar que vivían de la asistencia del mismo estado. Quienes trabajaban y tenían ingresos optaron por mudarse a casas particulares de bajo costo y no en las públicas que les estaba ofreciendo el gobierno en Pruitt-Igoe.
La crisis financiera de ese conjunto residencial llegó a tal punto, que no había dinero ni siquiera para cubrir las reparaciones básicas de los edificios. La soledad y el abandono de quienes vivían allí terminaron reflejados en violencia y vandalismo. A menudo se presentaban atracos o riñas en las escaleras y en las zonas comunes. De vez en cuando aparecían paredes destrozadas y vidrios rotos. Nada pudo evitar la desocupación, mientras la criminalidad aumentaba cada día más. Como no hubo solución y nadie quería quedarse en Pruitt-Igoe, en 1972 fueron demolidos tres edificios y al año siguiente fueron derribados los demás. Para 1976 el proyecto desapareció.
Un estudio de la Universidad de California concluyó que el fracaso de Pruitt-Igoe no fue culpa de la arquitectura en sí, como se creía. Según el análisis, aquel modelo de vivienda social no funcionó porque el gobierno de San Luis no diseñó de la mejor manera su política social y económica para atender a quienes vivían allí. Este caso evidencia que el cemento y los ladrillos no fueron suficientes para resolver los problemas sociales y no hubo alternativas para que la gente saliera de la pobreza.
Bristol, K. G. (1991). The Pruitt-Igoe Myth. Journal of Architectural Education. 44/3, 163-171, DOI: 10.1080/10464883.1991.11102687
Committee on Banking and Curbency United-States Senate.(1949). Summary of Provisions of theNational Housing Act of 1949. Washington: Government Printing Office.
Fidel, E. (29 de marzo de 2014). «Pruitt-Igoe»: el fracasopolítico de la arquitectura social (St. Louis, Missouri, 1941-1974). Urban Idade. Memorias de las redes urbanas. https://urbancidades.wordpress.com/2014/03/29/pruitt-igoe-el-fracaso-politico-de-la-arquitectura-social-st-louis-missouri-1941-1974/
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